Padula, Jose Luis Jose Luis  Padula
Argentine Argentine
(1893 - 1945)
1 partition
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Partitions Guitare Guitare seule (notation standard) Jose Luis Padula
Padula, Jose Luis : padula la forastera

padula la forastera
Jose Luis Padula


Guitare seule (notation standard)
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Compositeur
Jose Luis  Padula
Jose Luis Padula (1893 - 1945)
Instrumentation

Guitare seule (notation standard)

Genre

Classique

Droit d'auteurPublic domain
Titre alternatifpadula la forastera
Ajoutée par luisalcasa, 05 Déc 2014
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PADULA (JOSE LUIS)
PADULA (JOSE LUIS)

José Luis Padula
Nombre real: Padula, José Luis
Guitarrista, pianista, compositor y director
(30 octubre 1893 - 12 junio 1945)
TEMAS AQUÍ MENCIONADOS
Brindemos compañero Tango
Dulce tango Tango
El borracho Tango
La mentirosa [b] Ranchera
Lunes Tango
Nueve de julio Tango
Tucumán Tango
CREADORES AQUÍ MENCIONADOS
Agustín Magaldi
Alfredo De Angelis
Ángel Vargas
Carlos Dante
Enrique Cadícamo
Ernesto Ponzio
Eugenio Cárdenas
Francisco García Jiménez
Juan Carlos Bazán
Juan Maglio
Lito Bayardo
Virginia Vera
Por
Néstor Pinsón

ste músico hijo de inmigrantes, nacido en la norteña provincia de
Tucumán, incursionó en el tango y en el folclore. Su padre era
italiano, él le trasladó su inclinación por la música. Ya de niño,
tocaba la armónica y la guitarra. Lamentablemente, quedó
huérfano a los 12 años y no contó con su madre, de la que casi
nada se sabe. Por ese motivo, siendo aún muy joven, salió a la
calle a procurarse la subsistencia.

Se le ocurrió incorporar su armónica a la guitarra. La fijó a un
palo sostenida por un cinturón a la parte superior del instrumento
y así llegaba a su boca. La curiosidad que despertó tal conjunción
en la gente, sumada a su intuición musical y a la facilidad para
ser melodioso, le permitió recorrer su provincia y otras aledañas
hasta recalar en la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa
Fe.

Todo este andar trashumante lo convirtió en un bohemio
impenitente. Pudo vivir, pero siempre con el último centavo en el
bolsillo, sin embargo, mantuvo esposa y seis hijos cuando
definitivamente se instaló en Buenos Aires.

Manuel Escobar, pianista tucumano varios años menor,
frecuentaba su mesa con otros amigos y recordaba que alguien
una vez le preguntó a Padula, si era cierto que en el Café España
—donde tocaba en una orquesta—, había puesto en su atril la
partitura al revés porque no sabía para nada de notación musical.
«Así fue», contestó.

Era un dotado natural que llegó a tener un estilo limpio lleno de
ritmo y sugerencias cuando en el piano tocaba tangos. Y continúa
Escobar: «Fue un hombre de físico bien armado, correctamente
vestido de acuerdo a sus posibilidades, amigo de la noche,
dicharachero y bromista, autor de frases originales, gran tomador
de café, y al que algunos llamaban El Tuerto por su ojo derecho
cerrado. Fue un talento y un tipo querible.»

Instalado desde 1936 en nuestra ciudad, su primer trabajo fue en
un cafetín de Avellaneda, donde ganaba dos pesos con su
guitarra con la armónica adosada. Pero cuando por causalidad en
el altillo del local encontró un piano y el dueño del local lo
escuchó practicar, le propuso pagarle el doble si también
trabajaba de pianista. Su estadía en la ciudad no fue
permanente, realizaba frecuentemente viajes a Rosario y a
Córdoba cuando surgían trabajos.

En Tucumán, con su orquesta típica, hizo presentaciones en Radio
Aconquija (hoy Radio Independencia) y en Buenos Aires, en
Radio Prieto donde su vocalista fue Ángel Vargas. Con este gran
cantor grabó dos temas de su inspiración: “Brindemos
compañero”, letra de Enrique Cadícamo y la ranchera “Ñata
linda”, con versos de Lito Bayardo.

Previamente, por 1932, integró la orquesta que conducían
Ernesto Ponzio y Juan Carlos Bazán. Trabajó además, en la
revista evocativa De Villoldo a Gardel, representada en el Teatro
Nacional, en la que asumió el rol de Villoldo, por su versatilidad
con los instrumentos.

Su creación de mayor éxito fue el tango “Nueve de julio”, que
llevaron al disco innumerables intérpretes. Fue editado en la
ciudad de Rosario en 1918 como tango-milonga, sin letra.
Bohemio y sin dinero, vendió los derechos de autor en cinco
pesos a un señor Trebino, para cobrarlos cuando se editara en
Francia por la editorial Salabert. Más adelante, encargó en
Buenos Aires una nueva edición a la editorial Perrotti. Cuando
esta apareció fue con una letra no autorizada realizada por
Eugenio Cárdenas. Lito Bayardo relató al respecto que a fines de
la década del veinte se enteró de éste despropósito e inició una
investigación por su cuenta y luego acciones legales con el
consentimiento de su amigo Padula, quien aceptó que Bayardo
escribiera una nueva letra, la que fue grabada por Agustín
Magaldi.

Bayardo nos cuenta una linda anécdota. Estaban en Rosario
terminando de acoplar su letra al tango, el músico quedó en la
casa tocando el piano, mientras, él salió por un compromiso.
Magaldi estaba citado para las cinco de la tarde para conocer la
composición. Estando en sus gestiones se encontró con Gardel
quien pasaba unos días en Rosario, era 1931. «Gardel me pidió
un viejo estilo que me había cantado: “Amargura (El Floridense)”.
Encontré la partitura y quiso ir a mi casa para que se la pasara.
Cuando entramos sorprendimos ensayando a Padula y Magaldi.
Gardel que conocía la música se acercó y leyendo el borrador de
la partitura le hizo dúo. Fue una lástima no poder registrar aquel
momento único.»

Y para finalizar con Bayardo, otra anécdota: «En mala época me
vine a Buenos Aires con mi mujer, plena crisis del treinta.
Alquilamos una pieza en Belgrano y Cevallos y tan mal iban las
cosas que pensé en empeñar mi guitarra... Un día se aparece
José Luis, venía para hacer tiempo hasta que lo atendieran en la
editorial Columbia donde debían pagarle algún dinero. Tuve que
salir un rato y le dejé la guitarra diciéndole en broma que
compusiera alguna cosa. Al regresar me hizo escuchar una
ranchera que me gustó. Me pidió que le pusiera letra y a mí ya
me sonaban unos versos, la titulé “La mentirosa [b]”. A la tarde,
propuse ir a lo del amigo Perrotti. Padula la repasó al piano y yo
la entoné. «Muy buena.», dijo el editor. «¿Y la partitura?» —
preguntó. Claro, aún no la había. Entonces le dije que contara
con ella a la brevedad, pero que en ese momento necesitábamos
un adelanto. Nos dio cinco pesos, tres para el músico y dos para
mí. Fue un éxito notable, se tocó en todo el mundo.»

Padula compuso otras obras notables: el tango “Tucumán”, que
grabó D’Arienzo; “Lunes”, posiblemente su otro tema más
difundido, con letra de Francisco García Jiménez, que entre otros
grabó Alfredo De Angelis, con la voz de Carlos Dante; la milonga
“Picante”, registrada por Biagi; “Memoria”, grabado por Fresedo
en 1926; los tangos “Bicho feo” y “En tren de farra”, registrados
por Juan Maglio. La Orquesta Típica Víctor llevó al disco: “La
mentirosa [b]”, “Lunes” y los valses “Noche de estrellas” (que
también grabó Canaro) y “Noches de invierno”.

Con la colaboración de Lito Bayardo: los valses “No dudes de mí”
y “Me duele el alma”, grabado por Virginia Vera; y las rancheras
“La mentirosa [b]”, —ya nombrada- y “Afilando”. También le
pertenecen: “Pirincho”, “El chiflado”, “El borracho”, “Pasó en mis
pagos”, “Dulce tango”, “La diana”, “El varoncito”, “25 de Mayo”,
“Noche de estío”, “Mi vida”, “Tristezas del alma” y tantos más.

En síntesis, este arquetipo de Buenos Aires, dueño de un
extraordinario talento natural, fue un impecable melodista, que
sin saber música vivió de ella y nos dejó creaciones que
vencieron al tiempo y que hoy son auténticos clásicos del tango.

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